Entradas

Mostrando las entradas de abril, 2018

Rebeldes del sistema educativo

Jamás voy a olvidar la canción que mandaba a cagar a Sarmiento. Cuarto grado, una amiga mía se la cantaba a la maestra por lo menos tres veces a la semana. Ella ni se inmutaba; quizá algunos días mostraba más cara de disgusto, pero había otros donde desde lejos se le vislumbraba la mueca de una sonrisa. Esos días sentía que -al menos un poco- el poder de las autoridades se quebraba, desaparecía. Una sensación nueva crecía en mí, de alguna manera extraña confrontaba el orden establecido. ¿Estaba bien lo que decía mi amiga? No lo sé, mejor dicho no lo sabía, ahora sí lo tengo claro. Se que uno de chicx cumple con las normas al pie de la letra. Recuerdo que en ese momento las únicas libertades de expresión que me atrevía a tomar eran para imaginar o soñar, nunca para manifestar lo que pensaba sobre lo demás. ¿No está mal eso? ¿Les parece bien que a lxs chicxs de hoy les sigan enseñando a cumplir ciertas normas absurdas? Que aprendan a controlarse, a ser calladxs, a escuchar a los adu

Qué hipocresía, ¿no?

Las personas que buscan más igualdad, reclaman lo que merecen, pelean por sus ideales... son las que la sociedad excluye y oprime.

Molestia del perdedor

Les molestan tanto nuestros reclamos, porque entienden que -imaginemos un futuro cercano para irritarlos aún más- prontamente van a caer.

Nuestras mejores batallas

Recuerdo las miles de veces que de chiquita le preguntaba a mi mamá si creía que algún día iba a poder cambiar el mundo, como si fuera tan fácil, como si no existieran barreras. Hoy con un poco más de visión, y unos cuantos años más, entiendo que mi manera de cambiar el mundo está desde las palabras, desde el debate, desde el compartir lo que uno piensa y siente. Hoy hacer visibles mis reclamos y movilizarme por mis derechos es mi manera de cambiar el mundo, porque es mi lucha y la de todxs. Si no fuera por mi cablecito a tierra, mi tranquilidad personificada, seguiría viviendo en mi burbuja imaginaria en donde evado a la cruda realidad. Búsquense su propia atadura a la tierra y salgan de la maldita burbuja, van a ver que la realidad es bastante agria y hay que ir probándola despacito. Pero una vez que consiguieron el soporte y entendieron como son las cosas, no se vuelve a la ignorancia. Una vez que salimos de la ignorancia, empezamos a dar nuestras mejores batallas.

¿Y si NO es NO?

Nosotrxs le concedemos el poder a las palabras, nunca olvidemos el valor que les otorgamos. Porque en algún momento el mundo lo va a entender.
Dejá de lado los estereotipos y viví tu vida como si fuera la única que tuvieras.

¿Qué es la libertad?

Ni ataduras que te encierren, ni barreras con las que chocar. Vivir sin cadenas, y ser feliz para variar. Sonreír. "Ser optimista y tener como horizonte la utopía". 

A veces es suficiente todo lo que vivimos

La última vez que te miré a los ojos pensé, en un par de años, quizá cinco o más, nos vamos a volver a cruzar; en la calle, en el tren, en la plaza, en un bar, en la montaña, en el mar, en un viaje. Cuando nuestras miradas vuelvan a posarse precisamente donde quedaron atrapadas al final, voy a recordarte, y probablemente vos me recuerdes a mi también. Pero ya no vamos a ser los mismos, crecimos, la vida continuó. Ese choque fugaz, sorpresivo, mágico, va a quedar suspendido solo unos instantes. Hasta que cada uno vuelva a avanzar, aparte la vista y siga adelante.

Rompiendo los esquemas de los textos

Leyendo "Cómo tratar a un adolescente difícil", un texto profesional -que de profesional no tenia ni el nombre-, me di cuenta que defraude a mis propias crisis adolescentes.