Después de aterrizar de un largo viaje, me vuelvo a encontrar con Buenos Aires. Hace frío, se nota la diferencia de temperatura. Como desearía cerrar los ojos y encontrarme con la playa de allá. No es fácil regresar luego de tanto tiempo. Un día te vas y al otro volves. Un día llegas y al otro te fuiste. Ahora sí, cierro los ojos, sueño: vuelo, y por donde mire todo es mágico y distinto. Ojalá algún día regrese a casa y encuentre la misma magia que observo en otra parte.